Por Mariano Carballude, especial para BM Archivos Radio
Monzón en 12 rounds
Round 1: Segundos afuera. El Rival Más Impiadoso
Carlos Monzón nació en la noche fría del 7 de agosto de 1942, en San Javier, una localidad humilde en la provincia de Santa Fe. Desde su primer suspiro, la vida le planteó un combate desigual. Criado en un entorno de pobreza extrema, la pobreza y el hambre fueron sus primeros rivales, aunque paradojicamente, lo convertirían en lo que finalmente fue.
En lugar de a la escondida o a la mancha, Carlos jugaba a sobrevivir, una pelea constante que definiría su carácter. Como Firpo había predicho alguna vez, “una figura oscura y áspera se forjará en la adversidad, y, de alguna manera, el ring será el único lugar donde realmente pueda encontrar su destino”.
Round 2: Un Contundente Cross a la Mandíbula de la Miseria. El Boxeo Como Única Salida
Años de trabajo, changas, y sacrificio precedieron al boxeo. El deporte, al principio, fue solo una vía de escape para Carlos. Un canal para transformar el hambre en algo más grande y tangible. En sus primeras peleas, Monzón no era el rey del ring; era el que peleaba para sobrevivir, para comer. El “fajador” Pero había algo en su forma de pelear que ya lo diferenciaba, un instinto brutal que lo catapultó a ser, primero, un enorme boxeador local y luego, una leyenda internacional.
Round 3: Aguantar la Presión. Buenos Aires se Sube al Cuadrilátero
Era joven y no tenía educación, pero Monzón sabía que necesitaba aprender a pelear en serio. Buenos Aires lo recibió con la promesa de una vida mejor, y la ciudad lo obligó a crecer rápido. No solo en el boxeo, sino también como hombre. Empezaron a llegar los primeros títulos, pero el camino no fue fácil: peleaba como un animal, sin piedad. Durante este período, el “Escopeta” que todos conocerían comenzó a gestarse. Monzón no era solo un boxeador, era un depredador en el ring, y la violencia que llevaba dentro iba más allá de los golpes.
Round 4: Brusa en la Esquina. El Entrenador Que Convirtió al Animal del Ring en Exquisito Boxeador
Si hay algo que definió a Carlos Monzón fue su relación con Amílcar Brusa. El entrenador que lo tomó bajo su ala le enseñó a canalizar su furia en un estilo único. Monzón dejó de ser solo un animal… una bestia del ring para convertirse en un boxeador calculador, preciso, sin piedad, pero con una frialdad matemática. Brusa fue su maestro, su mentor y, en muchos sentidos, el padre que nunca tuvo. Fue bajo su tutela, que Monzón alcanzó el título de Campeón del Mundo
Round 5: La defensa Siempre Alta – El reinado de los medianos
Carlos Monzón no solo era campeón, era un monarca invencible. Enfrentó a la élite del boxeo del mundo. Se batió con gigantes, y salió triunfante en cada una de esas batallas. Durante 7 años y 14 defensas exitosas, su reinado fue incuestionable. No hubo dudas: Escopeta era el campeón indiscutido de los medianos. El boxeo no solo le dio la gloria deportiva, sino también un lugar en la historia, uno que muchos nunca pensaron que alcanzaría.
Round 6: Arriba del Ring, el Estilista Indiscutido. Debajo, El Fajador Cuestionable
Si en el ring Monzón era un rey, fuera de él la historia era otra. Su vida personal estuvo marcada por el caos, las decisiones equivocadas y una serie de problemas que, con el tiempo, lo llevarían a su caída. Monzón no supo cómo manejar su fama, y eso lo llevó por caminos oscuros. La tragedia golpeó su vida cuando en uno de esos tantos momentos de furia incontrolada, asesinó a su esposa Alicia Muñiz. El Campeón Mundial, la ex pareja de Susana Giménez, el “actor”… pasó de las páginas deportivas y de la farándula, sin escalas a las páginas de la crónica policial. En Argentina, Monzón pasó de ser un ídolo a ser un paria, producto de sus errores y excesos abajo del cuadrilátero.
Round 7: Uppercut del Destino. El Campeón Muerde la Lona
La debacle más absoluta, le llegó con la condena por la muerte de Alicia Muñiz. A pesar de los errores cometidos, la justicia de los hombres lo encontró culpable. Carlos Monzón fue sentenciado, y, por primera vez, el campeón mundial tuvo que enfrentar un golpe que no pudo esquivar. Fue el primer knock-out fuera del ring, y no era un combate del que pudiera salir victorioso. Monzón pagó por sus acciones, aunque muchos de sus seguidores no comprendieran completamente la situación.
Round 8: A sus Esquinas. El Hombre Roto que no Tiró la Toalla.
Monzón pasó por varias cárceles antes de llegar a la prisión de Santa Fe. Allí, lejos de los reflectores y la fama, comenzó a reconstruir su vida. Aunque estuvo lejos del boxeo, nunca dejó de pensar en el ring, en su estilo, en lo que significaba ser el campeón del mundo. Durante este tiempo, enseñó boxeo en el club de campo de la Unión del Personal Civil de la Nación. Incluso desde la cárcel, Escopeta seguía luchando, pero ahora era una batalla mucho más interna que externa.
Round 9: Cuenta Final y K.O.
El 8 de enero de 1995, Monzón salió de la cárcel en una de sus salidas transitorias. Junto a su amigo Mottura, se dirigió a Cayastá. La ruta, el destino, lo estaban esperando. El viaje de regreso a la ciudad fue fatal. Un desliz al volante, una maniobra inexplicable, y el campeón mundial se estrelló contra la realidad de la vida. Monzón murió en un accidente de tránsito, un golpe que ni el más grande de los boxeadores pudo evitar.
Round 10: Un Fallo Dividido
A pesar del último y triste controvertido capítulo de su historia, la muerte de Monzón sacudió al país entero. Las calles de Santa Fe se llenaron de miles de personas, tanto fanáticos como detractores, que querían rendirle homenaje. Desde el gobernador hasta los fanáticos más humildes, todos despidieron al campeón de una manera única. No hubo diferencias entre los hinchas de Colón y Unión; todos se unieron para despedir al ídolo. La ciudad vivió uno de los momentos más tristes de su historia.
Round 11: Campanazo Final
El último deseo de Carlos Monzón se cumplió: descansar cerca de su padre y de otros grandes deportistas de la región. En su tumba, la inscripción dice simplemente “Carlos Monzón, campeón del mundo”. Ya no se habla más de sus errores, solo de su legado. El hombre que luchó toda su vida, dentro y fuera del ring, finalmente encontró la paz que siempre buscó.
Round 12: El Legado Eterno del Invencible
Hoy, 30 años después de su trágica muerte, Carlos Monzón sigue siendo una leyenda. Su historia no se olvida, su legado sigue vivo en cada rincón del boxeo. A pesar de sus errores, a pesar de las controversias que rodearon su vida, Escopeta es recordado como el campeón mundial que unió a todos los argentinos, el hombre que peleó hasta el final y, en cierto modo, sigue peleando en la memoria colectiva del país.