viernes, mayo 23, 2025
spot_img

Top 5

Contenidos Relacionados

La cámara que desafió al poder: no olvidamos a José Luis Cabezas

Por Mariano Carballude , especial para BM Archivos Radios

 

El 25 de enero de 1997, en un paraje desolado de General Madariaga, se consumó el asesinato de un hombre cuyo único crimen fue intentar mostrar la verdad.

José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias, fue cobardemente ejecutado con la complicidad de los más altos niveles del poder político y policial.

La sombra de la impunidad se cernía sobre el país en un contexto de corrupción y desangramiento institucional, mientras el presidente Carlos Saúl Menem, a punto de cumplir seis años en la Casa Rosada, se enfrentaba a denuncias de corrupción que involucraban a empresarios oscuros con vínculos profundos en el aparato estatal.

En 1995, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, hizo estallar una bomba política: en plena interpelación en el Congreso, denunció públicamente que Alfredo Yabrán, un por entonces enigmático empresario, estaba al mando de una red mafiosa que se había infiltrado en las esferas del poder.

 

La revelación conmocionó al país, pero la figura de Yabrán continuaba siendo un fantasma: no existían fotografías suyas, ni en los archivos de la prensa.

En una entrevista radial, Yabrán se jactó de su invisibilidad, asegurando que incluso los servicios de inteligencia no tenían una sola imagen de él.

José Luis Cabezas es un símbolo, un referente”

Cuándo el hombre invisible caminaba en la playa

Fue entonces cuando los medios comenzaron una cacería implacable para dar con su rostro, una búsqueda que se convirtió en una obsesión colectiva.

El periodista gráfico José Luis Cabezas, movido por su instinto y el oficio que lo definía, accedió a información crucial: Yabrán veraneaba en las playas de Pinamar.

Con una descripción vaga, Cabezas emprendió la búsqueda. Después de meses de intentos fallidos, llegó el día en que la suerte le sonrió: mientras Yabrán caminaba por la playa, José Luis apuntó su cámara, primero hacia su esposa y su hija, y de repente, con la destreza de un fotógrafo experimentado, logró capturar la imagen que pondría fin al misterio.

La foto, una instantánea nítida y frontal del empresario, fue la pieza de información más codiciada de su carrera.

Noticias tuvo la imagen, y en su tapa, desveló el rostro de Yabrán, un rostro que hasta ese momento solo existía en los rumores y las sombras.

La historia detrás de la foto que le costó la vida a Cabezas - Infobae

Una foto que fue una condena

A partir de ese momento, la vida de Cabezas se convirtió en un calvario. Amenazas telefónicas comenzaron a llegar, casi a diario.

Durante un año entero, el fotógrafo vivió bajo la presión de la persecución.

A fines de 1996, regresó a Pinamar en busca de nuevas imágenes, sin saber que su destino ya estaba marcado. Un entramado oscuro, que incluía intereses políticos y policiales, lo acechaba con un único objetivo: la venganza.

La madrugada del 25 de enero de 1997, Cabezas fue secuestrado de su auto y llevado a un camino rural.

Allí, esposado y desarmado, fue ejecutado con dos disparos a quemarropa. Su cuerpo, casi irreconocible, fue encontrado horas después, parcialmente quemado dentro de su vehículo. En los días siguientes, el crimen fue tratado como un hecho corporativo, y los medios cerraron filas en torno al esclarecimiento del caso. Pero el peso de la impunidad no podía ser ignorado.

La investigación, en principio estancada, fue empujada por la presión de la prensa. El caso comenzó a tomar un giro inesperado cuando se apuntó hacia el entorno de Yabrán, quien, en un giro macabro, se suicidó justo cuando su indagatoria parecía inevitable.

Su muerte no resolvió el misterio; al contrario, lo profundizó. Años después, los responsables materiales e intelectuales del crimen de Cabezas fueron llevados a juicio.

Archivo Infojus Noticias

La maldita Polícia: todos en nombre del jefe

Entre ellos, los policías Gustavo Prellezo, Alberto Gómez, Sergio Camaratta y Aníbal Luna, además de figuras del círculo íntimo de Yabrán.

Sin embargo, la justicia, tan tardía como siempre, se desmoronó frente a los intereses de los poderosos. A pesar de que la mayoría fue condenada a prisión perpetua, los vericuetos legales, las conmutaciones de penas y las cuestiones humanitarias permitieron que, diez años después, casi todos los implicados estuvieran libres o en prisión domiciliaria.

El asesinato de José Luis Cabezas no fue solo un crimen atroz, sino una metáfora de aquella Argentina, donde la corrupción y la complicidad se tejían en las sombras, donde el poder se sentía invulnerable y la justicia, un lujo inaccesible.

En un contexto de complicidad entre los sectores más altos de la política, la policía y el empresariado, la muerte de un hombre cuyo único pecado fue exponer la verdad se convirtió en el emblema de una tragedia nacional. Cabezas, con su cámara, logró lo que muchos no pudieron: desvelar el rostro de la corrupción.

A 28 años del asesinato del periodista José Luis Cabezas, habló su hermana | “Lo recordamos como él era, alegre, buena persona” | Página|12

Y aunque la justicia tardó en llegar, su sacrificio sigue siendo un faro que ilumina las grietas de un sistema aún incapaz de purgarse por completo de sus vicios. Aquel 25 de enero, el país no solo perdió a un periodista, sino que dejó de lado una oportunidad más para rendir cuentas a su propia historia.

Más Leídos

BM Archivos Radio