viernes, mayo 23, 2025
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De la plantación de algodón al night club: el camino de los 12 compases

Por Mariano Carballude , especial para BM Archivos Radio

El blues no salió de un manual de conservatorio ni de la mente brillante de un barbudo con smoking.

No, señores: nació en el barro, entre el sudor de los campos de algodón y los alaridos de una comunidad afroamericana que no tenía otra que cantar para no volverse loca.

Puede ser una imagen de 7 personas y de traje

Pero, como todo en este mundo, alguien olió billetes y decidió que esas lágrimas podían sonar lindo en un gramófono. Así pasó de ser un grito primal a un género con copyright. ¿Quieren saber cómo? Agárrense.

Los primeros garabatos del blues en partituras con olor a ragtime

A principios del siglo XX, el blues todavía era un ente salvaje, sin jaula ni notación. Hasta que llegaron los valientes con pentagramas bajo el brazo. En 1908, Anthony Maggio soltó I Got the Blues, una pieza con aires de ragtime que parecía decir “esto suena triste, ¿no?”.

Antonio Maggio
Cuatro años después, Hart Wand metió The Dallas Blues, el primer tema que se animó a llevar el apellido “blues” en la frente. Y ese mismo 1912, Franklin Seals sacó Baby Seals Blues para el vodevil, porque nada dice “dolor del alma” como un telón y un reflector. Eran intentos torpes, claro, pero ya se olía que el asunto iba a pegar.

Handy, el oportunista con buen oído

Si hay un nombre que suena en esta historia es William Christopher Handy, alias “el padre del blues”. ¿Padre? Más bien padrastro: no lo engendró, pero lo crió con modales y lo mandó a la escuela.

Este tipo, un músico con más kilómetros que un remisero, se paseó por el sur yanqui escuchando a los laburantes rasgar guitarras con blue notes. En Tutwiler, Misisipi, un vago en una estación de tren le cambió la vida con un riff que olía a miseria.

W. C. Handy, el talentoso compositor que popularizó el blues| Fahrenheit  Magazine

“Esto lo vendo”, pensó Handy, y en 1912 largó Memphis Blues, un hit con perfume a ragtime. Pero el knock-out llegó en 1914 con St. Louis Blues, un Frankenstein de blues y tango que hasta Louis Armstrong terminó cantando. Handy no inventó nada: lo empaquetó lindo y lo despachó al mundo.

De la oralidad al vinilo. El blues se pone traje

El blues de verdad seguía vivo en las gargantas de los que no sabían leer partituras. Hasta que en 1920 Mamie Smith grabó Crazy Blues y todo explotó.

14/2/1920: Mamie Smith, cantante de jazz y blues, nacida en Cincinnati,  Ohio, se convierte en la primera artista negra en grabar un blues vocal  cuando graba dos caras para Okeh Records. :

De repente, el lamento rural se mudó a la ciudad, se puso eléctrico y empezó a sonar en Chicago y Nueva York como si fuera el rey de la jungla urbana. Ma Rainey, Bessie Smith y Blind Lemon Jefferson le dieron forma a lo que después serían el Delta blues, el Chicago blues y hasta el abuelo del rock.

El negocio ya estaba en marcha: de las plantaciones a los clubes, el blues se volvió cool.

El Legado. ADN del rock en 12 compases

Hoy, más de 100 años después de esas primeras partituras, el blues es el ADN de todo lo que suena a algo. Del jazz al rock, pasando por el R&B, todo lleva su marca.

B. B. King, aquel chico del blues de Beale Street >> La Ruta Norteamericana  >> Blogs EL PAÍS

Lo que empezó como un desahogo de esclavos y campesinos terminó siendo la banda sonora del siglo XX. Handy y compañía le pusieron precio, sí, pero el alma del blues sigue siendo esa nota rota que te pega en el pecho.

Así que brindemos por esos 12 compases: nacieron en la pobreza, pero se hicieron ricos sin pedir permiso.

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