El cantante británico sorprendió al revelar que ya no usa teléfono móvil. Su decisión responde a una filosofía de vida creativa y consciente.
Ed Sheeran y su pausa digital
Durante su visita al programa español La Revuelta, Ed Sheeran reveló una decisión tan inesperada como inspiradora: hace años dejó de usar su teléfono móvil.
No fue un acto de rebeldía tecnológica, sino el resultado de una reflexión profunda sobre el tiempo, la creatividad y el papel de la tecnología en nuestras vidas.
El cantante confesó que, antes, pasaba horas sumido en aplicaciones como WhatsApp.
“Podía perder semanas enteras en mensajes y notificaciones”, explicó. Pero un momento cotidiano encendió la alarma: cada vez que su esposa, Cherry Seaborn, se ausentaba brevemente durante la cena, él tomaba el celular casi sin pensarlo. Ese gesto automático lo llevó a cuestionarse. ¿Qué espacio quedaba para el aburrimiento?
Lejos de considerarlo un problema, Sheeran defiende el aburrimiento como terreno fértil para la creatividad.
“Fue en uno de esos momentos sin distracciones que compuse Old Phone”, relató. Para él, el silencio digital no es vacío, sino apertura: permite que la mente divague, que surjan ideas, que algo nuevo florezca.
Una desconexión con método
A pesar de lo radical que suena, Ed Sheeran no ha renunciado por completo a la tecnología.
Utiliza un iPad en momentos puntuales y gestiona sus comunicaciones a través del correo electrónico, al que responde solo una vez por semana, durante trayectos largos o tiempos definidos. La diferencia está en el control: no se deja arrastrar por la inmediatez.
Tampoco se ha pronunciado sobre su presencia activa en redes sociales, pero dejó claro que evita los ritmos frenéticos de la mensajería instantánea. Su vida digital está marcada por la pausa y la intención.
Un ejemplo para repensar nuestros hábitos
La postura de Sheeran resuena en un mundo cada vez más saturado de estímulos. Su apuesta no es un llamado a abandonar la tecnología, sino una invitación a preguntarnos qué tan presentes estamos en nuestras propias vidas.
Desde el arquetipo sabio y ciudadano, su historia plantea una lección sencilla y poderosa: a veces, desconectarse es el mejor camino para reconectar con lo que importa.
